Resonancia vibracional (I)

Supongamos por un iluminado momento estar rodeados de mentiras, pero no limitemos el engaño a elementos más allá de nosotros mismos: comprendamos que formamos parte y que activamente soportamos y damos forma a la ilusión. Conjeturemos entonces que hemos introyectado o aprehendido, casi sin tener noción consciente, la idea soberana de que no es posible la existencia de un camino alternativo; en este sentido, Donald A. Mackenzie en Indian Myth and Legend nos comenta:
En el cuarto Veda, el Atharva-veda, el renacimiento de la fe en las fórmulas se acentúa. Este libro, que no recibió en un primer momento el reconocimiento como una obra inspirada, se trata principalmente de una colección de métricas de encantamientos muy antiguos; muchos se asemejan a los que han sido recogidos por folkloristas en las tierras altas de Escocia y en otras partes de Europa. Los himnos del Rigveda revelan las creencias y aspiraciones de los pensadores religiosos avanzados de su época. Atharva-veda contiene los gérmenes de la religión popular: las fórmulas mágicas cantadas para disipar o invocar a los espíritus que molestan o ayudan a la humanidad, pero enseña que el Universo es sostenido por el sacrificio y la exaltación espiritual de los brahmanes, y que el poder brahmánico podrá ser ejercido por el uso de amuletos apropiados; aunque los seres humanos pueden terminar manipulados por los espíritus invocados mediante fórmulas.
Pero estas curiosas ideas de que el plano físico deba ser sostenido por el sacrificio y que los seres humanos pueden terminar manipulados por los espíritus invocados fueron comentadas en más de una oportunidad: nuestro estratificado punto de vista del Cosmos, entiende que el plano físico es el tenebroso sótano de una casa con una planta baja a media luz y otro exaltado piso bien iluminado; "en la casa de mi Padre hay muchas habitaciones" nos dice Juan 14:2 y sin ganas de ponernos eclesiásticos entendemos que las densidades de consciencia estarán en relación con esto. Atrevámonos a vislumbrar con cierta vehemencia la oscuridad de la catacumba en la que sombriamente habitamos: si logramos acostumbrar los ojos y ver con cierta objetividad las penumbras de la tercera densidad, quizá podamos distinguir la velada luz en los ascendentes peldaños, e intentar elevarnos paso a paso.

Según Robert Monroe, la vida orgánica fue un diseño intencional para cosechar la energía vital, denominada loosh, que surge del conflicto durante la subsistencia, aunque también aquella proveniente de la melancolía y soledad, así como la derivada de la devoción y adoración, siendo éstas formas destiladas del loosh más deseado y exquisito; según entendemos, estas serían las razones por las cuales en las Sesiones Cassiopaea se alienta al trabajo en grupo y a evitar toda clase de rituales.

De acuerdo a lo que se le comunica a Monroe, los granjeros cósmicos de energía equiparon a los animales con colmillos, garras, celeridad y destreza con el fin de prolongar el combate víctima-predador y así incrementar la producción de loosh; hemos visto que esta situación se reproduce en los sacrificios rituales a lo largo de la historia humana: en otras palabras, cuanto más prolongado el sufrimiento, mayor fuerza vital es procesada por el organismo, y más suculento el caldo aurífero cosechado por los arcontes; deberíamos ver con ojos más abiertos la escalada armamentista mundial, entonces ya como un juego estratégico planetario, donde el supuesto poderoso guerrero es un insignificante peón ceniciento sometido a unas garras nefastas; en el Diccionario Enciclopédico de los Upanisads editado por Swami Parmeshwaranand se refuerza este punto de vista:
Todos los que viven (en este mundo) son los sacrificados. No hay nadie vivo que no efectúe yajfia (sacrificio). El cuerpo es (creado) para el sacrificio, y surge del sacrificio y cambia según el sacrificio (yajfia).
La cosmovisión rosacruz entiende con suma claridad que el cuerpo es creado, surge y cambia según yajfia: es así que el condimento picaresco a la elan vital de Bergson es la energía recolectada durante el acto sexual: nacemos y surgimos de este acto y todo dicta que la utilidad humana, a vista de los granjeros cósmicos, es gestar más y más humanos para poblar la granja humana para luego efectuar una cosecha hiperdimensional; nuestra investigación nos ha conducido a que el amor cortés, en palabras del escritor Jorge Luis Borges: renunciar a la Costumbre, (1) es el posible camino de salida, en su cuento La Secta del Fénix nos alienta en este sentido:
El Secreto es sagrado pero no deja de ser un poco ridículo; su ejercicio es furtivo y aun clandestino y los adeptos no hablan de él. No hay palabras decentes para nombrarlo, pero se entiende que todas las palabras lo nombran o, mejor dicho, que inevitablemente lo aluden, y así, en el diálogo yo he dicho una cosa cualquiera y los adeptos han sonreído o se han puesto incómodos, porque sintieron que yo había tocado el Secreto. En las literaturas germánicas hay poemas escritos por sectarios, cuyo sujeto nominal es el mar o el crepúsculo de la noche; son, de algún modo, símbolos del Secreto, oigo repetir. Orbis terrarum est speculum Ludi reza un adagio apócrifo que Du Cange registró en su Glosario. Una suerte de horror sagrado impide a algunos fieles la ejecución del simplísimo rito; los otros los desprecian, pero ellos se desprecian aún más. Gozan de mucho crédito, en cambio, quienes deliberadamente renuncian a la Costumbre y logran un comercio directo con la Divinidad [...]
Los cátaros comprendieron muy bien esto cuando vemos que los perfecti se negaban a traer nuevos esclavos al Valle de Lágrimas; es más, la analogía cristiana de que la humanidad nace y muere por el pecado parece tener un fundamento cóptico en las escuelas mistéricas egipcias; no perdamos de vista que las altas enseñanzas masónicas y los principios rosacruces provienen de antiguas corrientes de pensamiento previas a esta versión de la humanidad. Lamentablemente muchas escuelas rosacruces y neognósticas interponen a esta válida enseñanza, rituales y ceremonias sazonadas con dosificaciones profusas de mantras e invocaciones para transmutar la energía sexual, siendo ocultas invitaciones a la predación por parte de entidades parasitarias de consciencia superior; Bronte Baxter nos puede aclarar más al respecto:
[...] Más tarde nos enteramos del significado de esas palabras sin sentido, estos mantras, que se trataban de nombres de deidades. Se nos enseñó una técnica de meditación avanzada con la palabra sánscrita "Namah" que en esencia significa "postrarse ante ti." La meditación a través de mantras es una forma de entrega, de adoración y prosternación a los que se autodenominan como dioses: "Postrarse ante ti."

[...] Me gustaría sugerir que la meditación con mantras convierte a los humanos en zombies quienes sirven a la agenda de los dioses, y que
ésta consiste en conseguir más seres humanos y por tanto más energía devocional humana. Esto explica el fenómeno común del proselitismo religioso: los fundamentalistas cristianos, las sectas de iniciados, incluyendo la meditación trascendental, y los seguidores de otras escuelas. Siervos de "Dios," que no son otra cosa que extensiones de los dioses tenebrosos con la necesidad de atraer más reclutas; las entidades nefastas que se mueven a través de estos siervos están llenas de celo, hambrientas y con la mente llena de una abrumadora necesidad de procurarse alimento energético.
La Muerte del Rey Arturo: no se
concentre la vista en el deceso,
sino al igual que los ojos del Rey,
en el Angel que porta el Grial
Si entendemos la caída edénica como la interposición del cuerpo orgánico con ADN modificado por estos dioses macabros, podemos efectuar un interesante ejercicio del pensamiento: el modelo edénico original quizá aun resida en potencia entre aquellas hebras entrelazadas de nucleótidos cuatripartitos pero que hoy todavía no se expresan; tal vez el conocimiento y la atenta guardia sobre nuestra elan vital puedan reactivar la expresión selectiva de estos genes; y esto quizá resuene con las ciencias informáticas, en la que existe una oscura rama de conocimiento sobre la programación que produce código automodificable.

Bien parece que el ADN es al cuerpo físico lo que la resonancia vibracional (de las siglas en inglés FRV: frequency resonance vibration, pulsación vibratoria interna en el Material Seth) es al cuerpo etérico; esta frecuencia de resonancia denota la naturaleza cualitativa en la respuesta a un espectro de posibles experiencias; la acepción más cercana en la psicología moderna podría asociarse a la personalidad (que ya incluiría el carácter y hábitos) del individuo: a menor FRV la respuesta tiende a la mecanicidad y reactividad, y por lo tanto se es más manipulable y subjetivo, generalmente anclándose en un modelo víctima-predador; mientras que al incrementar el FRV, se exhibe una robusta estabilidad emocional, manifestando una personalidad afable y objetiva. No obstante, la resonancia vibracional no es la única componente que define o modifica la probabilidad de ocurrencia de los eventos que experimentaremos, Thomas Minderle en su segundo volumen de Transcending the Matrix Control System nos explica:
La persona promedio puede tener un espectro débil y dispar cercano a la mitad de la escala de frecuencias, mientras que las entidades oscuras tienen un espectro de alta amplitud agrupado en las frecuencias más bajas, en oposición a los seres positivos, que estará agrupado en las frecuencias más altas. Ahora bien, cuando más pronunciada la amplitud, más fuerte afectará a la realidad de la experiencia local.
Las personas que tienen un fuerte pero sórdido FRV afectarán el carácter sincrónico negativo de su realidad local, a un grado tal que las experiencias altamente improbables serán atraidas, y por lo tanto, se manifestarán eventos extraños de carácter traumático e incluso perturbador. En cambio, cuanto más pronunciada sea la amplitud de un FRV elevado, la realidad ajustará los eventos como por arte de magia para que concuerden con las necesidades y deseos del individuo.
¿Pero qué pasa si la amplitud es débil? Si la frecuencia es alta pero de muy baja amplitud, luego tendrá poco efecto sobre la realidad local; de hecho, se puede desconectar del flujo sincrónico dado que la señal de emisión es débil.
Este último comentario esclarece por qué la falta de asertividad y confianza propia, junto a la carencia de atesoramiento de la elan vital, constituyen la brecha de seguridad más influyente, dado que sería semejante a tener el más excelso reproductor de audio pero con un disfuncional amplificador de escasa de potencia, y en consecuencia, desprovisto de sonido o, peor aun, lleno de ruido; en artículos previos sobre la estructura subyacente habíamos analizado esta perspectiva, entendiendo la adquisición de conocimiento como la capacidad de ampliar el espectro de frecuencias, asociado a la capacidad de percepción y con el objetivo de anclar procesos creativos en la propia realidad local.

En la siguiente entrega nos proponemos ahondar en las formas de elevar el FRV e incrementar su amplitud.

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