Síndrome de post-abducción (I)

El síndrome de post-abducción envuelve una serie de procesos que padece una víctima luego de un episodio de supresión de la libertad física o psíquica. Por lo general, las abducciones tienen efectos devastadores en la vida de un individuo y sus consecuencias pueden prolongarse por muchos años pues, como hemos visto anteriormente, el subconsciente puede intentar recrear la situación indefinidamente, motivado en el deseo de regresar al hecho (generalmente bloqueado) que dio origen al trauma. Estos efectos pueden ser clasificados en:
  • físicos, que van de cicatrices por remoción de piel o por punciones, a problemas orgánicos intensos; según el doctor David Jacobs, estos se manifiestan con mayor intensidad en las mujeres, debido al programa de hibridación alienígena que acostumbra a desencadenar dificultades reproductivas e infecciones, principalmente en la zona genital y umbilical (dado que el ombligo (1) es un sitio de aplicación habitual para inyecciones);
  • psíquicos, que abarcan desórdenes neurológicos y psicológicos, y de acuerdo al Material Matrix, desajustan los campos bioeléctricos del organismo (el cuerpo etérico); estos desajustes se pronuncian en el caso de existir implantes, dado que afectarían la secreción de glándulas, en especial la pineal y pituitaria; otros trastornos psicológicos —cuya raiz subyace en los mecanismos implantados de obstrucción de recuerdos— se observarían en los picos de ansiedad que interfieren drásticamente con la vida del individuo.
La dificultad de estos individuos se acrecienta cuando en apariencia jamás recuerdan o consideran posible una experiencia de abducción; algunas de estas consecuencias fueron indirectamente enunciadas en los artículos Allergic to Hope (Alergia a la Esperanza) y Addiction to Alone Time (Adicción al Tiempo en Soledad) por el doctor en psicología Stan Tatkin; pero al parecer, el tratamiento aislado de estos síntomas es poco efectivo y sólo pospone la resolución completa del problema.

El enfoque que proponemos sobre la naturaleza de los procesos de abducción dista un tanto del acostumbrado: nuestra perspectiva del fenómeno considera la posibilidad de una abducción física con toda la parafernalia OVNI y bajo un "pilar de luz," empero entendemos que las más usuales y que pasan desapercibidos utilizan tecnología hiperdimensional donde el proceso tiene antes que nada características psíquicas en vez de físicas; es el psiquismo del individuo el que es arrebatado y sustraído de la línea de tiempo e introducido en un reino con dinámicas diferentes, que algunos profesionales de la mente podrían caratular con cualidades oníricas e hipnoides; y es sobre este psiquismo o "huella del alma," sobre el que se opera. En las teorías ufológicas recientes, nuestro enfoque coincide en varios aspectos con la Teoría de la Distorsión.

Deseamos enfatizar la posibilidad de realidades o reinos superiores, y que estos incluyen a la realidad física; estos reinos —que operan en octavas de frecuencia que se desentienden de los estados corpusculares de la materia a los que estamos confinados— también presentan entidades biológicas pero de naturaleza diferente, acorde a las condiciones energéticas imperantes que, sin embargo, parecen no estar tan estrechamente sometidas a la Ley de Conservación de la Energía, y esto significa que existen chances para una existencia anti-entrópica o creativa. A lo largo de esta colección, hemos denominado a estas realidades como cuarta densidad, de naturaleza más sutil o etérica. El ufólogo Thomas Eddie Bullard en un estudio comparativo entre las abducciones y la narrativa folklórica comenta:
Los paralelos entre el fenómeno OVNI y el folklore fueron una piedra angular a través de la cual los investigadores expandieron el trabajo pionero de [Jacques] Vallée. Estos pequeños enanos grises reportados en los avistamiento de aterrizajes tienen sus semejanzas en las creencias populares alrededor del mundo. [...]
Pero si nos enfocamos en la imaginería, la estructura narrativa y los patrones mitológicos recurrentes, vemos que se corresponden con la iniciación y viajes shamánicos. [...] El candidato está gravemente enfermo o en trance, y su alma abandona el cuerpo y se encuentra con unos guías que lo acompañan al inframundo, donde los demonios lo torturan; eventualmente es implantado con cristales de roca en su cabeza, que le brindan poder y comunicación con las entidades espirituales; esto ocurre en una tétrica caverna con una iluminación uniforme pero no localizada. Cuando el iniciado retorna, puede permanecer inconsciente por días, y subsecuentemente cambia su vida como un shamán, con la capacidad de sanar [...] Cualquiera familiarizado con los reportes de abducción rápidamente identifica las equivalencias entre el tiempo perdido, los pequeños guías, el espantoso análisis en la nave o caverna y la transformación que se produce después. Incluso el aspecto de la iluminación en la habitación durante la revisación médica tiene correlaciones con las leyendas siberianas.
Ilustración de William Blake:
El examen de Hiob (Job)
Dado que las abducciones, sobre todo en el caso de mujeres y niños, parece transcurrir en las horas nocturnas de reposo, los patrones de sueños son también alterados: la ansiedad por la recurrencia de episodios de terrores nocturnos puede deprivar del descanso y llegar a deteriorar gravemente la salud en un periodo corto de tiempo. Reiteramos que estas experiencias se dan en lo que pareciera ser niveles oníricos y su desarrollo lineal casi siempre está bloqueado en la memoria consciente, pero pueden llegar a revelarse en la forma de vívidas pesadillas. La personas aquejadas acostumbran a utilizar una luz indicadora noturna o un emisor de ruido blanco a la hora de conciliar el sueño; sin embargo, las sensaciones de que "algo está por ocurrir," no desaparecen y esto conduce a un hábito de reducción de horas de descanso frente a la población no afectada.

Existen componentes de alta carga sexual durante las experiencias de abducción. De acuerdo al Material Cassiopaea original, la mayoría de los escenarios sobre episodios sexuales son una pantalla para la extracción de energía líbido; (2) sin embargo, no se descartan las experiencias de examen y sondeo genital orientados a la recolección de óvulos y esperma. En el caso de infantes, es común que sientan pavor de regresar al lugar específico donde se inició el proceso; de acuerdo al Material Matrix (Matrix II, Panic Type Disorders, pág 142):
Un significativo nivel del trauma resultante del abuso sexual de niños tiene su origen en entidades no humanas. Los niños, incluso en edades menores a 4 meses, son abducidos y su aparato genital es examinado detalladamente.

Esto conduce a graves efectos en el desarrollo psico-sexual del infante. Cuando el niño llega a los 4 ó 5 años, estos exámenes genitales se ven incrementados; al igual que otros adultos, sus órganos son sondeados y manoseados. Los perpetradores frecuentemente llegan a manipular sensualmente a la víctima, causando ráfagas de placer luego de los exámenes; la situación deviene entonces en experiencias de connotación de abuso sexual: muchos niños tienen su primer experiencia a través de estos exámenes de recolección de esperma.

El resultado final es que algunos adultos quedan con la "sensación de que han sido abusado de niños," y si bien es cierto, no fue un hecho perpetrado a nivel humano.
Esta asociación de abuso sexual por entidades no-humanas fue independientemente redescubierta años más tarde en el Simposio sobre Abducciones celebrado en el MIT (Massachusetts Institute of Technology), y publicado en el libro Close Encounters of the Fourth Kind, del periodista Courtland Dixon Barnes Bryan (cap. Postconference Interview: Carol and Alice, pág. 356): (3)
[...] Alice [una abducida] se echó a llorar. Cuando Budd [Hopkins, el hipnoterapeuta] le pregunta la razón, ella responde: "Me siento culpable por mi padre." Budd le indica que ahora puede hacer frente a la relación con su padre de una manera diferente, como resultado de lo que ha aprendido, y que poco a poco todo cobrará un mayor sentido. Sostiene que ahora será capaz de mirar a los bebés con otros ojos y en un sentido diferente [Alice tenía animadversión por los bebés, quizá relacionado a la forma de los Grises —considérese la hipótesis CalFet— y a los embarazos y retiro prematuro de feto producto de concepciones forzadas; a su vez, durante varias de sus abducciones era obligada a cargar bebés deformes].
Budd señala que su terapia inicial consistió en concentrarse en lo que realmente Alice creía que era el problema: la supuesta violación a los doce años por su padre, y explica que todo lo que estaba diciendo y observando sobre la violación "fue apropiado para la edad [en la que supuestamente ocurrió]" y que "décadas de maltrato llevan su tiempo en deshacerse. Pero ahora que se ha revelado la violación como una experiencia de abducción alienígena," dice Budd, "el trauma deberá desaparecer. La prueba está en la desintoxicación del trauma."

La supuesta violación por su padre, explica
Budd, no era la raiz del problema. Su padre no había causado el trauma, pues él no era la fuente del mismo. "Ya no es un recuerdo oculto," le comenta a Alice. "Estabas recibiendo tratamiento para la enfermedad incorrecta. La prueba será si hay una sensación de alivio. Los dolores de cabeza deberán moderarse. La depresión se aliviará. Habrá una sensación de plenitud."
Estos sucesos marginales que sin embargo poseen una enorme carga psicológica en la vida social, y que el doctor Jacobs etiqueta magníficamente como Secret Life (Vida Oculta), confieren una componente que actúa como un velado contrapeso en las decisiones personales: muchos abducidos son renuentes a tener descendencia, quizá por una innata consideración externa a que sus hijos no sufran un tratamiento semejante; asimismo, existe una tendencia de los abducidos al aislamiento crónico, debido a la desestabilización de la psiquis por reacciones de pánico agudo, aunado a la dificultad para mantener a largo plazo relaciones afectivas estables. Este tema pudiera estar relacionado con episodios de taquicardia e hiperventilación y otras reacciones de ansiedad, anclados sobre subrepticios resortes en el inconsciente que se activarían ante un suceso o evento externo preprogramado. El Material Matrix concluye:
Algunos de los ataques de pánico no son resultado directo de la ansiedad, sino que son el resultado de recuerdos inconscientes que se filtran hacia el estado consciente. Los individuos pueden experimentar situaciones de pavor y terror sin saber la razón subyacente. Ciertos sueños que han sido vívidos pero confusos pueden adoptar una incrementada importancia.
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